Un estudio reciente investigó el papel de las preferencias de los ciervos en la propagación de plantas invasoras no nativas. El estudio se centró en dos especies de plantas invasoras, la madreselva japonesa (Lonicera japonica) y el olivo de otoño (Elaeagnus umbellata), en el este de Estados Unidos. Se sabe que ambas especies son desagradables para las especies de ciervos nativos, como el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus).
Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos de campo para examinar cómo el ramoneo de los ciervos afectaba el crecimiento y la propagación de la madreselva japonesa y el olivo otoñal. Descubrieron que los ciervos preferían evitar ramonear estas plantas invasoras, incluso cuando había otras plantas sabrosas disponibles. Esto sugiere que la mala palatabilidad de estas plantas para los ciervos puede contribuir a su carácter invasivo.
Una posible explicación de la mala palatabilidad de estas plantas para los ciervos es la presencia de metabolitos secundarios, que son compuestos que pueden tener efectos tóxicos o disuasorios sobre los herbívoros. La madreselva japonesa y la aceituna de otoño contienen altos niveles de metabolitos secundarios, lo que puede hacer que no sean atractivas para los ciervos.
Los investigadores también descubrieron que la mala palatabilidad de la madreselva japonesa y la aceituna de otoño tenía efectos indirectos en la comunidad de plantas nativas. Al evitar estas plantas invasoras, los ciervos centraron su presión de ramoneo en otras especies de plantas nativas, lo que podría provocar disminuciones en las poblaciones de plantas nativas y alteraciones en la estructura de la comunidad vegetal.
Los hallazgos de este estudio resaltan la importancia de considerar el papel de las preferencias de los herbívoros en la propagación de especies de plantas invasoras. Al comprender cómo las preferencias de los ciervos influyen en el crecimiento y la propagación de plantas invasoras, podemos desarrollar estrategias de manejo más efectivas para controlar estas especies dañinas y proteger las comunidades de plantas nativas.