Los registros fósiles sugieren que a los humanos prehistóricos les gustaban las tortugas, y las tortugas no fueron una excepción. Su carne, rica en proteínas y nutrientes, era una valiosa fuente de sustento en la época anterior a la agricultura.
Evidencias arqueológicas
La evidencia del consumo de tortugas por parte de humanos prehistóricos proviene de varios sitios arqueológicos. Las excavaciones de asentamientos prehistóricos han descubierto caparazones, huesos y otros artefactos de tortuga, lo que indica la presencia de tortugas en su dieta.
Métodos de preparación versátiles
Es probable que los humanos prehistóricos prepararan a las tortugas de diversas maneras. Podrían haber sido asados a fuego abierto, hervidos en sopas o guisos, o secados para su almacenamiento y consumo posterior.
Valor nutricional
Las tortugas proporcionan una excelente fuente de proteínas y son bajas en grasas. También son una buena fuente de vitaminas y minerales esenciales, como calcio, hierro y magnesio.
Más allá de la nutrición
Además de su valor nutricional, las tortugas pueden haber tenido un significado cultural o simbólico para los humanos prehistóricos. Su lentitud de movimientos y su longevidad podrían haberse asociado con la sabiduría o la longevidad.
Conclusión
El consumo de tortugas por parte de los humanos prehistóricos es un testimonio del ingenio y la adaptabilidad de nuestros antepasados. Utilizaron las fuentes de alimentos disponibles para sustentarse en un mundo a menudo plagado de desafíos.