1. Secuestro de carbono: Los árboles maduros tienen una capacidad significativamente mayor para absorber y almacenar dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Tienen sistemas de raíces más extensos, más hojas y una mayor superficie, lo que les permite secuestrar más carbono en comparación con los árboles jóvenes. El secuestro de carbono ayuda a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
2. Producción de oxígeno: Los árboles maduros liberan más oxígeno al aire a través de la fotosíntesis. Tienen una tasa fotosintética más alta y producen más hojas, lo que lleva a una mayor producción de oxígeno. Este oxígeno es vital para la vida humana y animal, y contribuye a una calidad del aire más limpia y a una mejor salud general.
3. Efecto refrescante: Los árboles brindan beneficios refrescantes al dar sombra a las áreas, reducir el reflejo de la luz solar y liberar humedad a través de la transpiración. Los árboles maduros con copas más grandes ofrecen más sombra y liberan más humedad, lo que resulta en un microclima más fresco. Este efecto de enfriamiento ayuda a mitigar el efecto isla de calor urbano y alivia las altas temperaturas, especialmente durante los calurosos meses de verano.
4. Hábitat y Biodiversidad: Los árboles maduros proporcionan hábitats esenciales para diversas especies de vida silvestre, incluidas aves, insectos y pequeños mamíferos. Ofrecen refugio, sitios de anidación y fuentes de alimento. Al proporcionar un hábitat diverso, los árboles maduros contribuyen a la biodiversidad y apoyan un ecosistema más saludable.
5. Control de la erosión: Los extensos sistemas de raíces de los árboles maduros ayudan a estabilizar el suelo, prevenir la erosión y reducir el riesgo de deslizamientos de tierra o inundaciones. Sus raíces profundas los anclan firmemente en el suelo, manteniéndolo en su lugar, especialmente en áreas urbanas con paisajes vulnerables.
6. Absorción de contaminación: Los árboles maduros tienen la capacidad de absorber contaminantes como el polvo, el smog y los metales pesados del aire. Sus hojas actúan como filtros, atrapando los contaminantes e impidiendo que entren al medio ambiente. Esto contribuye a un aire más limpio y a un entorno de vida más saludable.
7. Estética y Bienestar: Los árboles callejeros maduros realzan la belleza estética de los espacios urbanos y brindan beneficios psicológicos a los humanos. Crean un ambiente más agradable y acogedor, reduciendo el estrés y promoviendo la relajación. La presencia de árboles maduros en las zonas urbanas se asocia con un mejor bienestar físico y mental.
Si bien plantar árboles nuevos es importante para la sostenibilidad a largo plazo, se debe priorizar la preservación de los árboles maduros existentes debido a los importantes beneficios que ofrecen. Cada árbol callejero maduro ofrece numerosas ventajas ambientales y sociales, lo que lo hace mucho más valioso que plantar varios árboles jóvenes que tardarán años en alcanzar un nivel comparable de madurez.