1) Temor por el futuro de sus hijos: Los efectos inminentes del cambio climático, como los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar y la pérdida de hábitat, pueden llevar a las personas a preguntarse si quieren traer niños a un mundo que enfrenta estos desafíos.
2) Recursos limitados: El cambio climático ya está afectando la producción de alimentos, los recursos hídricos y los sistemas económicos. Algunas personas pueden decidir que los costos asociados con formar una familia en un futuro cada vez más incierto son demasiado altos.
3) Impacto ambiental: Tener hijos inevitablemente aumenta la huella de carbono de un individuo. La preocupación por contribuir al cambio climático puede llevar a algunas personas a optar por no tener hijos, como forma de reducir su impacto en el medio ambiente.
4) Bienestar mental y emocional: El cambio climático puede causar ansiedad, depresión y otros impactos en la salud mental. El conocimiento de los desafíos que enfrentarán las generaciones futuras puede llevar a las personas a concluir que es mejor no traer niños a un mundo así.
5) Sentirse impotente: La magnitud del cambio climático y las complejidades que implica encontrar soluciones pueden hacer que algunas personas se sientan abrumadas e impotentes. Pueden decidir que la forma más eficaz de responder es reducir su contribución al problema, incluso optando por no tener hijos. Es importante tener en cuenta que estas son algunas de las razones que han citado las personas para decidir no tener hijos debido al cambio climático. Sin embargo, no refleja las opiniones o experiencias de todos.