Los investigadores descubrieron que los mamíferos que sobrevivieron a los incendios tendían a ser más grandes, vivían en áreas con más vegetación y podían trasladarse a áreas con menos gravedad de los incendios. Es más probable que los mamíferos más grandes puedan tolerar el calor y las llamas de un incendio, y también tienen acceso a más alimentos y agua. La vegetación proporciona refugio y aislamiento del calor y también ayuda a reducir la propagación del fuego. Los mamíferos que pudieron trasladarse a áreas con menos gravedad del incendio tenían más probabilidades de sobrevivir porque estaban menos expuestos al calor y las llamas.
El estudio también encontró que algunas especies de mamíferos eran más vulnerables a los incendios que otras. Por ejemplo, los koalas y los canguros tenían más probabilidades de morir en los incendios que otras especies como los canguros y los bandicoots. Probablemente esto se deba a que los koalas y los canguros son menos móviles y dependen de los eucaliptos para alimentarse y refugiarse, ambos destruidos por los incendios.
Los hallazgos de este estudio proporcionan información valiosa sobre lo que ayuda a los mamíferos a sobrevivir a un desastre natural. Esta información se puede utilizar para desarrollar estrategias para proteger a los mamíferos de futuros desastres, como brindarles acceso a alimentos y agua, y crear cortafuegos para ayudarlos a trasladarse a áreas con menor gravedad de los incendios.
Aquí hay algunos hallazgos clave adicionales del estudio:
* Los mamíferos que se encontraban en áreas con más del 50% de cobertura vegetal tenían 5,7 veces más probabilidades de sobrevivir a los incendios que los mamíferos que se encontraban en áreas con menos del 50% de cobertura vegetal.
* Los mamíferos que pudieron alejarse más de 1 kilómetro de los incendios tenían 12,7 veces más probabilidades de sobrevivir que los mamíferos que no pudieron alejarse más de 1 kilómetro.
* Las especies más vulnerables a los incendios fueron los koalas, canguros y zarigüeyas.