Mortalidad de árboles: La sequía prolongada puede provocar la muerte de los árboles. Esto no sólo reduce la biomasa general del bosque sino que también abre huecos en el dosel, lo que puede alterar el microclima y aumentar la vulnerabilidad al fuego.
Crecimiento y reproducción reducidos: La sequía puede retardar el crecimiento y la reproducción de árboles y plantas en la selva tropical. Esto puede afectar la capacidad del bosque para regenerarse y mantener su biodiversidad.
Cambios en la composición de especies: La sequía puede favorecer a determinadas especies de plantas sobre otras, lo que provoca cambios en la composición de especies del bosque. Esto puede tener efectos en cascada en el ecosistema del bosque, ya que diferentes especies desempeñan diferentes funciones en el ciclo de nutrientes, la polinización y la dispersión de semillas.
Mayor riesgo de incendio: La pérdida de copas y la mortalidad de los árboles inducida por la sequía pueden aumentar el riesgo de incendio. Los incendios pueden causar más daños al bosque y liberar gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático y exacerbando las condiciones de sequía.