Algunas especies de murciélagos son más adaptables que otras y pueden reubicarse más fácilmente. Por ejemplo, los murciélagos que se posan en los árboles, como el murciélago rojo oriental (Lasiurus borealis) y el murciélago canoso (Lasiurus cinereus), pueden moverse entre diferentes árboles con relativa facilidad. Otras especies, como los murciélagos que habitan en cuevas, son menos adaptables y pueden verse más gravemente afectadas por la pérdida de árboles.
La disponibilidad de un hábitat adecuado también es un factor importante en la reubicación de los murciélagos. Si hay otros árboles en el área que proporcionen sitios adecuados para descansar y alimentarse, los murciélagos pueden reubicarse con relativa facilidad. Sin embargo, si no hay otros árboles adecuados en el área, es posible que los murciélagos tengan que viajar una gran distancia para encontrar un nuevo hogar.
La distancia entre el refugio original y el nuevo también es un factor en la reubicación de los murciélagos. Los murciélagos pueden viajar largas distancias, pero es menos probable que se reubiquen si el nuevo refugio está demasiado lejos.
Además de estos factores, la época del año también puede afectar la reubicación de los murciélagos. Es más probable que los murciélagos se trasladen durante los meses de verano, cuando no están criando crías.
La pérdida de árboles puede tener un impacto negativo en las poblaciones de murciélagos, pero en algunos casos los murciélagos pueden reubicarse. La capacidad de los murciélagos para reubicarse depende de varios factores, incluida la especie de murciélago, la disponibilidad de un hábitat adecuado, la distancia entre el refugio original y el nuevo, y la época del año.