Tamaño y requisitos energéticos :Las especies grandes requieren cantidades sustanciales de alimentos y energía para mantenerse. Como los ecosistemas terrestres están bien estudiados, es poco probable que especies grandes y exigentes en energía hayan pasado desapercibidas. De manera similar, en los ambientes acuáticos, la ausencia de especies grandes y no descubiertas se explica por el hecho de que necesitarían inmensos recursos alimentarios.
Idoneidad del hábitat :Las especies grandes a menudo requieren hábitats específicos para satisfacer sus necesidades, como bosques extensos o vastos espacios abiertos. A medida que las poblaciones humanas se expanden e impactan los hábitats naturales, disminuye la disponibilidad de ambientes adecuados para grandes especies no descubiertas.
Registros fósiles :El registro fósil proporciona información valiosa sobre formas de vida pasadas. Si existieron especies grandes no descubiertas, su ausencia en el registro fósil plantea dudas sobre su viabilidad y probabilidad de supervivencia.
Interacciones ecológicas :La presencia de grandes depredadores, herbívoros u otra megafauna impacta significativamente los ecosistemas. Si existieran especies grandes no descubiertas, su ausencia tendría efectos notables en las comunidades y ecosistemas ecológicos, que han sido ampliamente estudiados.
Avances tecnológicos :Los avances en tecnología, como las imágenes satelitales, la teledetección y el análisis genético, contribuyen a una investigación integral sobre la biodiversidad y la distribución de las especies. Se vuelve más difícil para las especies grandes permanecer sin descubrir en medio de estos avances tecnológicos.
Si bien persiste la posibilidad de descubrir nuevas especies de tamaño pequeño o mediano, la probabilidad de encontrar especies grandes no descubiertas en tierra o en los océanos se vuelve cada vez más remota. Sin embargo, nuestra comprensión del mundo natural evoluciona constantemente y los nuevos descubrimientos siempre pueden sorprendernos.