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    Preguntas y respuestas:La necesidad crítica de abordar la contaminación química en el agua potable
    Crédito:Unsplash/CC0 Dominio público

    Un número especial del Journal of Exposure Science &Environmental Epidemiology Coeditado por la profesora asociada de la Escuela de Salud Pública de Yale, la Dra. Nicole Deziel, Ph.D., presenta las últimas investigaciones sobre cuestiones de exposición, salud y justicia en torno a la contaminación química en el agua potable. Este número especial incluye 17 artículos escritos por expertos de todo el mundo y de múltiples disciplinas, incluidas la ingeniería ambiental, la hidrología, las ciencias de la exposición, la epidemiología, la toxicología y las ciencias climáticas.



    Muchos de los artículos surgieron de un simposio internacional organizado por el Dr. Deziel y la profesora investigadora asociada Dra. Cristina Villanueva, Ph.D., experta en agua potable de ISGlobal y coeditora del número especial. El simposio se celebró en Barcelona y de forma virtual en septiembre de 2022 mientras el Dr. Deziel estaba en residencia en un año sabático. El Dr. Deziel analizó el enfoque del número especial en una reciente entrevista en línea.

    ¿Cuáles son las preocupaciones específicas con respecto a la exposición humana a contaminantes químicos en el agua potable?

    Las poblaciones de todo el mundo están expuestas a una gran cantidad de sustancias químicas a través del agua potable, pero solo unas pocas de ellas han sido evaluadas exhaustivamente con respecto a la exposición y la salud humana. Además, sólo existen normas federales para el agua potable para aproximadamente 100 productos químicos diferentes.

    Algunas de las normas existentes no se han actualizado desde hace bastante tiempo y existe la preocupación de que la exposición a sustancias químicas en concentraciones inferiores a las normas actuales todavía pueda estar asociada con un mayor riesgo de efectos sobre la salud, como defectos de nacimiento y cáncer. Además, hay muchas sustancias químicas emergentes en el agua potable (por ejemplo, microplásticos, 1,4-dioxano) que no están reguladas.

    Por último, debemos considerar la cuestión de la escasez de agua y el cambio climático. A medida que aumenta la temperatura mundial, ya estamos viendo que los suministros públicos de agua disponibles comienzan a secarse, lo que resulta en un aumento de los esfuerzos de desalinización en algunas áreas y el uso de aguas residuales tratadas en otras para satisfacer la demanda. En general, tenemos un conocimiento limitado sobre cómo los eventos climáticos afectarán la calidad del agua potable, y en el número especial se analiza la necesidad de realizar más investigaciones.

    ¿Cómo está respondiendo la ciencia a estas preocupaciones?

    Este número especial muestra algunas de las nuevas investigaciones y tecnologías innovadoras que los científicos han ideado para mejorar la vigilancia química en el agua potable y evaluar mejor los posibles efectos sobre la salud atribuibles a la contaminación. Esto incluye mejores métodos para monitorear y evaluar los suministros de agua, ensayos biológicos mejorados y métodos novedosos para detectar partículas nocivas en el agua potable. Esperamos que estos nuevos estudios ayuden a informar las regulaciones, fomenten el desarrollo de nuevos métodos y herramientas para evaluar la exposición a contaminantes del agua potable e identifiquen cuestiones importantes relacionadas con la equidad y la justicia ambiental.

    ¿Cuáles son algunos de los desafíos y oportunidades al realizar investigaciones en esta importante área de la salud pública?

    Muchas sustancias químicas son generalmente "invisibles" porque no alteran el color ni el olor del agua potable, y muchos de los efectos asociados no son observables durante décadas, lo que dificulta nuestra capacidad para identificar vínculos entre la exposición y las enfermedades. Además, las herramientas y técnicas actuales para evaluar las exposiciones relacionadas con el agua potable son limitadas y van a la zaga de lo que está disponible para otros contaminantes ambientales como la contaminación del aire. Por lo tanto, definitivamente se necesitan datos adicionales y mejores. Además, a pesar de que los contaminantes del agua suelen aparecer en mezclas, la mayoría de las evaluaciones existentes y las políticas y regulaciones relacionadas se centran en productos químicos individuales sin considerar las posibles interacciones entre productos químicos.

    También hay una cuestión de equidad. Aproximadamente el 15% de los estadounidenses dependen de pozos domésticos (privados) para obtener agua potable en sus hogares. Estos no están cubiertos por la regulación federal y la responsabilidad de probar o tratar el agua del pozo recae en el propietario. Debido a que los pozos privados no están sujetos a monitoreo o pruebas regulares, los datos sobre la calidad del agua en áreas más rurales son limitados.

    Los suministros públicos de agua potable también presentan riesgos. Un estudio presentado en esta edición especial encontró que 2,6 millones de personas en los EE. UU. dependen de sistemas de agua donde las concentraciones promedio de fluoruro exceden los límites guía de la Organización Mundial de la Salud. Un estudio independiente encontró que el manganeso en el agua potable frecuentemente excede las pautas de los EE. UU., por lo que hay mucho de qué preocuparse, especialmente en lo que respecta a cómo estas concentraciones pueden afectar a las poblaciones vulnerables, como los niños.

    En cuanto a las oportunidades que tenemos ante nosotros, este número especial proporciona un marco de lo que se debe hacer para abordar este problema crítico de salud pública. Necesitamos esfuerzos coordinados para generar nuevos datos de salud sobre contaminantes emergentes. Necesitamos fortalecer los estándares de agua potable y las tecnologías de tratamiento. Necesitamos recopilar y difundir más datos sobre la calidad del agua potable y debemos mejorar nuestra infraestructura de agua potable.

    Proporcionado por la Universidad de Yale




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