Se ha encontrado amianto en el mantillo utilizado en parques infantiles, escuelas, parques y jardines en Sydney y Melbourne. Naturalmente, las comunidades locales temen por la salud de sus seres queridos. La exposición al amianto es un riesgo grave para la salud, dependiendo de su intensidad, frecuencia y duración, ya que puede provocar enfermedades pulmonares crónicas.
Se cree que la fuente de contaminación son los desechos de madera de las obras de construcción y demolición que se convirtieron en mantillo. Hasta ahora, se han identificado 60 lugares en Sydney y 12 en Melbourne como contaminados con amianto en diversos grados. Las cifras podrían aumentar a medida que continúen las investigaciones.
Tras la detección inicial en Nueva Gales del Sur y Victoria, una investigación en Queensland detectó asbesto en un abono y un producto de mantillo.
La gravedad, la extensión y el impacto del problema nos convencen de llamarlo el mayor escándalo en la historia de la economía circular de Australia. Una economía circular recicla y reutiliza materiales o productos con el objetivo de ser más sostenibles.
Nuestra investigación destaca la importancia de hacer obligatoria la certificación de productos reciclados como el mantillo para garantizar su seguridad. Encontramos que ninguna de las políticas locales, estatales o nacionales sobre prácticas de adquisiciones sostenibles recomienda la certificación de productos reciclados como estrategia preventiva. También encontramos niveles significativos de ignorancia y resistencia a los esquemas de certificación en el sector del reciclaje.
Estos obstáculos deben superarse por lo que contamos con una certificación de productos reciclados que garantiza su calidad, rendimiento, respeto al medio ambiente y seguridad.
El descubrimiento en enero de amianto en mantillo en Nueva Gales del Sur desencadenó una serie de acciones. En ellos han participado las autoridades de protección ambiental de Nueva Gales del Sur y de Victoria, los consejos locales, el Departamento de Bomberos y Rescate de Nueva Gales del Sur y un grupo de trabajo de Nueva Gales del Sur, formado por agencias como SafeWork, Obras Públicas y el Regulador de Acceso a Recursos Naturales. Las acciones incluyen pruebas en áreas identificadas, acordonar y señalizar los parterres de los jardines afectados, contratar a removedores de amianto autorizados y tomar muestras para determinar las opciones de eliminación.
Desafortunadamente, este mantillo contaminado genera preocupación sobre la implementación imprudente de los principios de la economía circular en Australia. Este escándalo podría hacer que los usuarios de materiales reciclados, en particular los ayuntamientos, duden a la hora de adquirir estos recursos, o incluso disuadirlos por completo.
Es comprensible que el sector de la gestión de residuos y la recuperación de recursos se encuentre en estado de shock. En términos más generales, este escándalo podría socavar los esfuerzos para promover la economía circular en Australia.
Es un recordatorio de que el concepto de economía circular se basa en un enfoque de pensamiento sistémico, donde todos los elementos deben funcionar en armonía. Una falla en uno puede provocar el colapso de todo el sistema.
Según la legislación de Nueva Gales del Sur, el mantillo no debe contener asbesto, productos de madera de ingeniería, residuos de madera recubiertos o tratados con conservantes, ni contaminantes físicos como vidrio o plástico.
Sin embargo, no es obligatorio que los proveedores realicen pruebas de contaminantes en el mantillo. No hay procedimientos específicos que deban seguir para garantizar que el mantillo no contenga asbesto.
El hecho es que las políticas y regulaciones existentes, como la Orden sobre mantillo de 2016 de la Autoridad de Protección Ambiental de Nueva Gales del Sur, no lograron prevenir la contaminación del mantillo. Es un recordatorio de la necesidad de estrategias efectivas para garantizar que una economía circular no salga mal.
Estas estrategias deben integrar el estímulo, la educación y la aplicación de la ley. De lo contrario, corremos el riesgo de enfrentar consecuencias económicas, ambientales y sociales no deseadas.
En el Laboratorio de Residuos de Construcción (CWL) de la Universidad RMIT, hemos estado investigando y compartiendo estrategias clave con los responsables políticos y la industria. En 2022 y 2023, en colaboración con investigadores de las universidades Griffith y Curtin y nuestros socios industriales, exploramos el uso de esquemas de certificación de productos reciclados.
En nuestra investigación, respaldada por el Centro Nacional de Investigación de Entornos Construidos Sostenibles, recopilamos información de 16 profesionales de la industria involucrados en proyectos que involucran grandes cantidades de materiales reciclados. Solicitamos específicamente sus opiniones sobre los esquemas de certificación para estos materiales.
Encontramos que sólo nueve de ellos estaban al tanto de tales planes en Australia. Un número similar apoyó su uso para proyectos de construcción. Las principales razones para no admitirlos se muestran a continuación.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.