Las inversiones en fuentes de producción de electricidad intensivas en carbono, como el carbón, conllevan un mayor riesgo de incumplimiento durante la transición energética. Crédito:Shutterstock
Imagínese esto:saca una hipoteca para comprar la casa de sus sueños. Pero la tasa que le cotizaron ha vencido, y cuando va a renovarla descubre que ha habido un gran aumento en las tasas de interés. Con esta nueva tarifa, ya no podrá pagar sus pagos mensuales.
¿Cómo evitar esta situación de pesadilla? La respuesta es una prueba de estrés.
En los términos más simples, una prueba de estrés ayuda a las personas y las instituciones a mitigar el riesgo y tomar mejores decisiones al enfrentar grandes impactos económicos, como un gran aumento en las tasas de interés o una pandemia global, para garantizar que tengan lo necesario para capear la tormenta.
Una prueba de estrés es un ejercicio de "qué pasaría si", en el que contemplamos escenarios que supondrían el mayor daño para nuestros sistemas financieros y nuestro bienestar para determinar cómo podemos gestionarlos mejor. Ahora se aplican cada vez más al cambio climático futuro y los riesgos financieros que conlleva.
Riesgos físicos, riesgos de transición
La crisis financiera de 2008 puso de relieve la necesidad de una mejor planificación de riesgos, especialmente para las instituciones financieras. No es casualidad que hayamos visto un aumento constante en el uso de esta herramienta desde entonces.
Hoy en día, los reguladores financieros, los bancos y los encargados de formular políticas utilizan pruebas de estrés para descubrir puntos débiles en la forma en que operan las instituciones financieras e identificar cambios que ayudarán a protegerlas (y a nuestro sistema financiero más grande y a todos los que dependen de él) de daños.
Entonces, ¿qué es una prueba de estrés climático? Es el mismo ejercicio hipotético, realizado a través de la lente de diferentes escenarios climáticos que tienen diversas y significativas consecuencias financieras.
Por un lado, están los riesgos climáticos físicos. Piense, por ejemplo, en eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías, tormentas de hielo u olas de calor, que pueden dañar la propiedad, interrumpir las cadenas de suministro, aumentar los costos de los seguros y cerrar las operaciones. En escenarios donde las temperaturas globales aumentan más, los riesgos físicos aumentan.
Por otro lado, también existen riesgos de transición. Esto se refiere a los impactos materiales de varios grados de ambición y acción climática.
Por ejemplo, las políticas gubernamentales nuevas o más estrictas destinadas a reducir aún más las emisiones de carbono o a un ritmo más rápido tendrán diferentes impactos financieros en diferentes empresas, según su preparación climática y en diferentes sectores.
Los escenarios no son predicciones
Los escenarios climáticos tienen en cuenta ambos tipos de riesgo, físico y de transición. Al igual que otros tipos de pruebas de estrés, estos escenarios no son predicciones. Imaginar qué pasaría si las tasas de interés no se disparan no es lo mismo que predecir que lo harán.
Sin embargo, dado el consenso científico establecido de que los riesgos del cambio climático están aumentando y el alto grado de incertidumbre que generan estos riesgos, las pruebas de estrés climático son una herramienta importante para evaluar la sostenibilidad de las empresas, las inversiones y nuestro sistema financiero en general. Y hay un impulso cada vez mayor detrás de esta práctica.
El fracaso de la acción climática, los eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad son los tres principales riesgos globales en los próximos 10 años, según la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial. Crédito:Informe de riesgos globales del Foro Económico Mundial 2022
Por ejemplo, la Oficina del Superintendente de Instituciones Financieras (OSFI) y el Banco de Canadá publicaron recientemente un importante informe que examina cuatro escenarios climáticos en un horizonte de 30 años, de 2020 a 2050, que variaron en términos de ambición, calendario de el clima y el ritmo del cambio global:
Dominan los riesgos físicos
Los resultados de los análisis fueron claros.
Primero, la acción tardía conducirá a mayores shocks económicos y riesgos para la estabilidad financiera. Cuanto más esperemos para actuar, más drásticas y repentinas serán esas acciones.
En segundo lugar, si bien todos los sectores deberán contribuir a la transición, el análisis mostró que "surgieron impactos financieros negativos significativos para algunos sectores (por ejemplo, los combustibles fósiles) y surgieron beneficios para otros (por ejemplo, la electricidad)".
En tercer lugar, los riesgos macroeconómicos están presentes, particularmente para los países exportadores de productos básicos intensivos en carbono como Canadá.
El Banco Central Europeo también realizó una prueba de estrés climático con resultados similares. Determinó que el cambio climático representa un riesgo sistémico, especialmente para carteras en sectores económicos y áreas geográficas específicas. Por ejemplo, en los sectores de la minería y la agricultura, o en regiones dependientes del petróleo como los Estados del Golfo.
También encontró que los riesgos físicos serán más prominentes a largo plazo, en comparación con los riesgos de transición. Se espera que los riesgos físicos del cambio climático en los bienes inmuebles en las regiones costeras o en las cadenas de suministro sean mayores que los efectos de los cambios en el precio del carbono u otras políticas.
Estos hallazgos tienen claras implicaciones para las empresas y los inversores. Ahora más que nunca, el caso comercial para priorizar y evaluar la resiliencia climática corporativa es claro, especialmente porque los inversionistas y los prestamistas incorporan cada vez más datos climáticos en sus decisiones financieras.
Por ejemplo, ahora se entiende más ampliamente cómo los cambios en la política climática podrían afectar abruptamente la valoración y las perspectivas financieras de una empresa. Esto hace que la previsión de la política climática sea fundamental, tanto para los líderes corporativos como para los inversores.
A medida que las pruebas de estrés climático se vuelven cada vez más comunes, sus hallazgos e implicaciones repercutirán en toda la industria financiera. Los líderes inteligentes observarán esta conversación de cerca y tomarán las medidas necesarias para adaptarse y prosperar.