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Hasta ahora, No había forma de predecir si era probable que a un terremoto poderoso le siguiera uno de magnitud aún mayor. Pero los resultados de un estudio publicado recientemente en Naturaleza por Laura Gulia y Stefan Wiemer del Servicio Sismológico Suizo (SED) en ETH Zurich despiertan esperanzas de que pronto podamos hacer precisamente eso, en tiempo real.
Tal descubrimiento científico tendría consecuencias de gran alcance para la protección civil, permitir decisiones más fiables sobre la evacuación de personas, Permitir que los trabajadores de rescate orienten sus esfuerzos en consecuencia, y permitir la implementación de medidas para asegurar la infraestructura crítica, como las centrales eléctricas.
Mientras que la mayoría de los grandes terremotos no están precedidos por sismos previos, siempre van seguidos de miles de réplicas, cuya frecuencia y magnitud se desvanecen con el tiempo. Sin embargo, en algunos casos, a un gran terremoto le sigue uno aún más poderoso. Esto fue lo que sucedió en las secuencias de terremotos que azotaron el centro de Italia en 2016 o Ridgecrest, California (EE. UU.) En julio de 2019.
Basado en datos sísmicos recientes, los autores del estudio han ideado un método que se puede utilizar para determinar si una secuencia de terremotos está terminando o si será seguida por un terremoto aún más poderoso. El parámetro relevante que examinaron fue el llamado valor b, que caracteriza la relación entre la magnitud y el número de terremotos. Las mediciones de laboratorio muestran que este valor indica indirectamente el estado de estrés en la corteza terrestre. En regiones sísmicamente activas, el valor b suele ser cercano a uno, lo que significa que hay aproximadamente 10 veces más terremotos de magnitud tres que terremotos de magnitud cuatro o más.
Un sistema de semáforo
Los investigadores ahora han demostrado que el valor b cambia sistemáticamente en el curso de la secuencia de un terremoto. Para probar esto, examinaron datos de 58 secuencias y crearon un sistema de semáforos que indicaba lo que sucedería a continuación. Cuando el valor b cae en un 10 por ciento o más, el semáforo se pone rojo, sugiriendo un peligro agudo de un terremoto aún más poderoso. En la mayoría de los casos, aunque, el valor b aumenta en un 10 por ciento o más y el semáforo se pone verde, dando el visto bueno al predecir una secuencia típica que se desvanecerá gradualmente. Esto sucedió en el 80 por ciento de las secuencias capturadas en conjuntos de datos examinados por los investigadores. El semáforo se ilumina en ámbar cuando el valor b aumenta o disminuye en menos del 10 por ciento, lo que significa que no está claro qué sucederá a continuación.
El sistema de semáforos ideado por los investigadores resultó ser preciso en el 95 por ciento de los casos que examinaron. El cambio observado en el valor b reveló cómo se desarrollaría una secuencia, indicando si seguiría o no un terremoto aún más poderoso. Dicho eso sus hallazgos deberán verificarse examinando otros conjuntos de datos antes de que dicho sistema pueda utilizarse realmente para la protección civil. La implementación exitosa del sistema también requeriría una red sísmica densa y la correspondiente capacidad de procesamiento de datos. De ninguna manera todas las regiones que podrían beneficiarse de un sistema de semáforos de este tipo cuentan actualmente con esos recursos.