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Como una ola de calor debilitante, apodado 'Lucifer' por la prensa, actualmente envuelve el sur de Europa, Un nuevo estudio, financiado en parte por dos proyectos financiados por la UE, advierte que un aumento de tres grados en las temperaturas globales revertiría los esfuerzos dedicados de Europa a reducir la contaminación por ozono.
A pesar del acuerdo internacional COP21 para reducir el calentamiento global a menos de dos grados, el equipo de investigación detrás del estudio publicado en Comunicaciones de la naturaleza advirtió que un aumento de la temperatura global de alrededor de tres grados no solo es posible sino muy probable al considerar las Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional presentadas para la COP21.
Específicamente, el estudio sostiene que si los estados reducen sus emisiones de gases de efecto invernadero como prometieron en la COP 21 en 2015, el planeta podría calentarse tres grados en 2050 en comparación con la era preindustrial. Durante varias décadas, Las regulaciones europeas para limitar las emisiones de ozono han mejorado la calidad del aire y, en teoría, podrían seguir dando frutos en 2050. Pero el cambio climático y, en paralelo, La continua contaminación por ozono a través de las emisiones que se generan en otras regiones del mundo inclinaría la balanza en contra de esfuerzos europeos tan rigurosos. En efecto, para el escenario de aumento de tres grados, Los climatólogos predicen que para el año 2100 se duplicará la concentración global de metano.
Mediante simulaciones numéricas utilizando una cascada de modelos de química atmosférica y clima, desarrollado dentro del proyecto ECLIPSE financiado con fondos europeos (que finalizó en 2015), los investigadores han advertido que en este escenario los esfuerzos europeos para reducir las emisiones de ozono se anularán efectivamente. También argumentan que el mayor impacto sería en las regiones industriales, grandes ciudades y sur de Europa. Con un aumento de la temperatura de tres grados en lugar de dos, la calidad del aire se degradaría claramente, especialmente en el sureste de Europa, donde la salud de la población podría estar severamente expuesta a un promedio de 100 días de excedencia de ozono al año. Los investigadores advierten que teniendo en cuenta los efectos adversos de la exposición incluso a corto plazo a las concentraciones diarias de ozono, esto afectaría fuertemente tanto a la salud humana, así como vegetación.
Para superar estos obstáculos, el equipo de investigación sostiene que si se quiere mejorar la calidad del aire en Europa, entonces debe haber una regulación global concertada sobre las emisiones globales de metano, lo que proporcionaría efectos positivos sobre la calidad del aire regional pero también beneficiaría la lucha contra el cambio climático. Es más, Es importante señalar que estas proyecciones se relacionan con una región y un escenario climático específicos, y los autores explican que diferentes trayectorias de emisión o temperatura pueden alterar los incrementos de ozono previstos.
Además de contar con el apoyo del proyecto ECLIPSE, los autores también agradecen el apoyo del proyecto IMPACT2C, financiado con fondos europeos, también terminó oficialmente en 2015, que mapeó exhaustivamente los efectos del cambio climático en Europa a partir de un aumento de dos grados en las temperaturas globales. Juntos, ambos proyectos recibieron casi 9 millones de euros de financiación de la UE.
Con el sur de Europa que sigue ardiendo en la ola de calor de 'Lucifer' y el reciente lanzamiento de otro artículo que advierte que hasta 150 000 personas podrían morir por año en Europa como resultado del cambio climático, es cada vez más obvio que para combatir eficazmente la creciente contaminación del aire, Europa debe continuar cooperando y alentando a sus socios globales a tomar también acciones efectivas y decisivas contra el cambio climático como se describe en el acuerdo COP21.