La fracturación hidráulica ha permitido un auge nacional del petróleo y el gas en los EE. UU., pero su rápido crecimiento ha planteado preguntas sobre qué hacer con los miles de millones de galones de aguas residuales que resultan. Los investigadores ahora informan que el tratamiento de las aguas residuales y su vertido en las aguas superficiales ha provocado la contaminación de una cuenca hidrográfica de Pensilvania con material radiactivo y sustancias químicas que alteran el sistema endocrino. El estudio aparece en la revista de ACS. Ciencia y tecnología ambiental .
En 2015, el método no convencional de extracción de petróleo y gas conocido como fracturación hidráulica, o "fracking, "representó más de la mitad de la producción de petróleo y dos tercios de la producción de gas en Estados Unidos, según la Administración de Información Energética de EE. UU. Es probable que la cuota de mercado del método aumente aún más. Aunque la técnica ha dado como resultado un alejamiento del carbón, que podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, produce grandes cantidades de aguas residuales que contienen material radiactivo, sales, rieles, sustancias químicas que alteran el sistema endocrino e hidrocarburos aromáticos policíclicos que podrían suponer riesgos para el medio ambiente y la salud humana. Un informe de Pensilvania estima que en 2015, 10, 000 pozos de petróleo y gas no convencionales en Marcellus Shale produjeron 1.700 millones de galones de aguas residuales. Las instalaciones que recogen el agua proporcionan un tratamiento limitado antes de verterla en aguas superficiales. Bill Burgos y colegas de Penn State, Colorado State y Dartmouth querían ver qué impacto podría tener esta estrategia de tratamiento y liberación de aguas residuales de fracturación hidráulica.
Los investigadores tomaron muestras de sedimentos y aguas de poros de un lago río abajo de dos instalaciones que tratan las aguas residuales del fracking en Pensilvania. Su análisis detectó que las concentraciones máximas de radio, metales alcalinotérreos, las sales y los productos químicos orgánicos se produjeron todos en la misma capa de sedimentos. Las dos clases principales de contaminantes orgánicos incluían etoxilatos de nonilfenol, que son sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, e hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son carcinógenos. Las concentraciones más altas coincidieron con las capas de sedimento depositadas hace cinco a 10 años durante un período pico de eliminación de aguas residuales de fracking. También se encontraron niveles elevados de radio hasta 12 millas río abajo de las plantas de tratamiento. Los investigadores dicen que se desconocen los riesgos potenciales asociados con esta contaminación, pero sugieren que las regulaciones más estrictas sobre la eliminación de aguas residuales podrían ayudar a proteger el medio ambiente y la salud humana.