Una llamarada solar capturada por el Observatorio de Dinámica Solar, un satélite lanzado por la NASA en 2010
Por primera vez, Los cálculos del modelo muestran una forma plausible de que las fluctuaciones en la actividad solar podrían tener un impacto tangible en el clima. Los estudios financiados por la Swiss National Science Foundation esperan que el calentamiento global inducido por el hombre disminuya ligeramente en las próximas décadas. Un sol más débil podría reducir las temperaturas en medio grado.
Hay un cambio climático inducido por el hombre, y hay fluctuaciones climáticas naturales. Un factor importante en el constante aumento y descenso de la temperatura de la Tierra y sus diferentes ciclos es el sol. Como su actividad varía, también lo hace la intensidad de la luz del sol que nos llega. Una de las preguntas clave a las que se enfrentan los investigadores del clima es si estas fluctuaciones tienen algún efecto en el clima de la Tierra. Los informes del IPCC asumen que la actividad solar reciente es insignificante para el cambio climático, y que lo mismo se aplicará a la actividad en un futuro próximo.
Investigadores del Observatorio Meteorológico Físico de Davos (PMOD), el Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas (EAWAG), ETH Zurich y la Universidad de Berna ahora califican esta suposición. Sus elaborados cálculos de modelos proporcionan una estimación sólida de la contribución que se espera que haga el sol al cambio de temperatura en los próximos 100 años. Por primera vez, un efecto significativo es evidente. Esperan que la temperatura de la Tierra caiga medio grado cuando la actividad solar alcance su próximo mínimo.
Según el jefe del proyecto, Werner Schmutz, quien también es Director de PMOD, esta reducción de temperatura es significativa, aunque hará poco para compensar el cambio climático inducido por el hombre. "Podríamos ganar un tiempo valioso si la actividad solar disminuye y ralentiza un poco el ritmo del calentamiento global. Eso podría ayudarnos a lidiar con las consecuencias del cambio climático". Pero esto no será más que un tiempo prestado, advierte Schmutz, ya que el siguiente mínimo será inevitablemente seguido por un máximo.
Las fuertes fluctuaciones podrían explicar el clima pasado
A finales de marzo los investigadores que trabajan en el proyecto se reunirán en Davos para una conferencia para discutir los resultados finales. El proyecto reunió las capacidades de varias instituciones de investigación en términos de modelado de efectos climáticos. PMOD calculó lo que se conoce como "forzamiento radiativo" teniendo en cuenta tanto las partículas como la radiación electromagnética, ETH Zurich elaboró sus efectos adicionales en la atmósfera de la Tierra y la Universidad de Berna investigó las interacciones entre la atmósfera y los océanos.
Los investigadores suizos asumieron una mayor fluctuación en la radiación que golpea la Tierra que los modelos anteriores. Schmutz está convencido de que "esta es la única forma en que podemos comprender las fluctuaciones naturales de nuestro clima durante los últimos milenios". Dice que otras hipótesis, como el efecto de grandes erupciones volcánicas, son menos concluyentes.
Exactamente cómo se comportará el sol en los próximos años sigue siendo una cuestión de especulación, sin embargo, ya que las series de datos apropiadas solo han estado disponibles durante algunas décadas y no revelan evidencia de fluctuaciones durante este tiempo. "Hasta ese punto, nuestros últimos resultados siguen siendo una hipótesis, "dice Schmutz, "y sigue siendo difícil para los físicos solares predecir el próximo ciclo". Pero dado que hemos estado observando una fase consistentemente fuerte desde 1950, es muy probable que experimentemos otro punto bajo dentro de 50 a 100 años. Podría ser tan intenso como el Mínimo de Maunder, que trajo un clima particularmente frío durante el siglo XVII.
Datos históricos importantes
El proyecto de investigación también otorgó gran importancia a la perspectiva histórica. El Centro Oeschger para la Investigación del Cambio Climático de la Universidad de Berna comparó series de datos sobre la actividad solar pasada con otras condiciones climáticas específicas. La gente ha estado registrando el número de manchas solares, que se correlaciona bien con los niveles de actividad solar, desde hace unos tres siglos. Sin embargo, es mucho más difícil cuantificar exactamente el frío que hacía en la Tierra en ese entonces. "Sabemos que los inviernos durante la última mínima fueron muy fríos, al menos en el norte de Europa, ", dice Schmutz. Los investigadores todavía tienen bastante trabajo por hacer antes de tener una comprensión detallada de la relación entre la actividad solar y el clima global, tanto en el pasado como en el futuro.