Así es como funciona:
* carbono en el manto de la tierra: El manto de la Tierra contiene cantidades significativas de carbono almacenadas en forma de carbonatos y disuelto en roca fundida.
* Erupciones volcánicas: Cuando estallan los volcanes, liberan gases del manto, incluido el dióxido de carbono.
* Liberación de dióxido de carbono: Estas erupciones inyectan dióxido de carbono directamente en la atmósfera, contribuyendo al ciclo global del carbono.
Es importante tener en cuenta que las emisiones volcánicas representan una porción relativamente pequeña del dióxido de carbono liberado en la atmósfera en comparación con actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, la actividad volcánica juega un papel crucial en el ciclo de carbono a largo plazo, lo que contribuye al equilibrio natural de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera durante las escalas de tiempo geológicas.