1. Profundidades poco profundas: Cuanto más cerca de la superficie de la Tierra, menor sea la presión y la temperatura. Esto hace que las rocas sean menos dúctiles y más propensas a la fractura.
2. Bajas temperaturas: Las rocas frías tienen menos probabilidades de deformarse plásticamente y es más probable que se rompan. Es por eso que las rocas cerca de la superficie de la tierra, donde las temperaturas son relativamente bajas, tienen más probabilidades de ser frágiles.
3. Tasas de deformación rápidas: Cuando el estrés se aplica rápidamente, las rocas tienen menos tiempo para ajustarse y es más probable que se fracture. Esto a menudo se ve en los eventos sísmicos.
4. Presencia de debilidades existentes: Las rocas con fracturas preexistentes, fallas u otras debilidades tienen más probabilidades de fallar por deformación frágil a lo largo de esas zonas.
5. Tipo de roca: Algunos tipos de rocas, como el granito y la arenisca, son inherentemente más frágiles que otros, como la piedra caliza o el esquisto bituminoso.
Ejemplos:
* fallas: El movimiento a lo largo de las fallas es a menudo el resultado de la deformación frágil.
* Juntas: Estas son grietas en las rocas que se forman debido a la deformación frágil.
* Eventos sísmicos: Los terremotos son causados por la liberación repentina de estrés a lo largo de las fallas, que es una forma de deformación frágil.
* caídas de rocas: Las rocas que caen de acantilados o pendientes a menudo se rompen en piezas más pequeñas debido a la deformación frágil.
Es importante recordar que el límite entre la deformación frágil y dúctil no siempre está clara. Las rocas pueden exhibir ambos tipos de deformación dependiendo de las condiciones específicas a las que estén expuestas.