1. Amplia nevadas: Es necesario acumular más nieve cada año que se derrite. Esto garantiza una acumulación constante de nieve con el tiempo.
2. Bajas temperaturas: La temperatura debe estar por debajo de la congelación para una porción significativa del año para evitar la fusión y permitir que la acumulación de nieve se transforme en hielo glacial.
3. Pendiente suficiente: Mientras que un glaciar puede formarse en terreno plano, una ligera pendiente permite que la gravedad ayude a mover la acumulación de nieve y hielo cuesta abajo, contribuyendo al crecimiento del glaciar.
4. Tiempo: Los glaciares tardan mucho en formarse, típicamente siglos o incluso milenios. La nieve acumulada se compacta bajo su propio peso, eventualmente transformándose en hielo denso.
5. Protección contra la fusión: El área donde se forma el glaciar debe protegerse de la luz solar excesiva y las temperaturas cálidas. Esto se puede lograr a través de:
* Altitud: Es más probable que la nieve persista en altitudes más altas donde las temperaturas son consistentemente más bajas.
* Áreas sombreadas: Las áreas protegidas de la luz solar directa, como valles o pistas orientadas al norte, son más favorables para la formación de glaciares.
En resumen, los glaciares se forman en áreas donde hay un excedente constante de nieve, bajas temperaturas y protección contra la fusión. Estos factores permiten la acumulación, compactación y transformación de la nieve en hielo glacial durante un período largo.