Esta erupción volcánica masiva en Indonesia fue una de las más poderosas en la historia registrada. La erupción expulsó una enorme cantidad de cenizas y dióxido de azufre en la atmósfera, creando un velo que bloqueaba la luz solar y hizo que las temperaturas globales cayeran significativamente. Esto condujo a fallas generalizadas en cultivos y hambruna, particularmente en Europa y América del Norte.