Mientras que la hispaniola (Moderna Haití y la República Dominicana) ofrecieron otros recursos como madera y tierra arable, el oro fue el principal impulsor de la colonización española. La gente de taíno indígena, que habitaba la isla, ya estaba minando y comerciando de oro. Los españoles, impulsados por la codicia y el deseo de riqueza, se apresuraron a explotar este recurso, estableciendo minas y utilizando a los pueblos indígenas como trabajo forzado. Esto finalmente condujo a la decimación de la población de taíno.