Los científicos han llevado a cabo extensas investigaciones y han reunido amplia evidencia que sugiere la presencia de agua en las profundidades de la Tierra. Se cree que esta agua se almacena en diversas formas, incluidas moléculas de agua incrustadas en minerales y unidas químicamente al manto de la Tierra. También se ha detectado agua en algunas erupciones volcánicas y dentro de zonas de subducción, donde chocan placas tectónicas.
A pesar de estos descubrimientos, el concepto de un vasto océano subterráneo similar a los de la superficie de la Tierra sigue siendo puramente especulativo. A medida que avanza la comprensión científica del interior de la Tierra, futuras investigaciones pueden arrojar luz sobre la distribución real y los estados del agua en las profundidades de nuestro planeta.