El punto caliente de Yellowstone es el resultado del movimiento de la Placa de América del Norte sobre un punto fijo en el manto terrestre, la capa de la Tierra debajo de la corteza. A medida que la placa se mueve, pasa sobre el punto caliente y la roca fundida caliente del manto sube a la superficie, creando actividad volcánica.
El magma que surge del punto de acceso de Yellowstone es un tipo de riolita, una roca de color claro rica en sílice. Este tipo de magma es altamente explosivo y cuando entra en erupción puede producir grandes cantidades de ceniza y piedra pómez.
El hotspot de Yellowstone ha producido tres grandes erupciones volcánicas en los últimos 2,1 millones de años. La erupción más reciente, que ocurrió hace unos 640.000 años, produjo una caldera, una gran depresión en la superficie de la Tierra causada por el colapso de una cámara de magma volcánica. Esta caldera ahora se conoce como la Caldera de Yellowstone.
La Caldera de Yellowstone tiene aproximadamente 55 millas (89 km) de largo, 35 millas (56 km) de ancho y hasta 2000 pies (610 m) de profundidad. Es una de las calderas más grandes del mundo.
El hotspot de Yellowstone se encuentra actualmente en estado de inactividad, pero no está extinto. Los científicos creen que es probable que vuelva a entrar en erupción en el futuro, aunque es imposible predecir cuándo podría suceder.
Si el hotspot de Yellowstone volviera a entrar en erupción, tendría un impacto devastador en Estados Unidos. La erupción produciría grandes cantidades de ceniza y piedra pómez, que bloquearían el sol, provocarían un cambio climático global e interrumpirían los viajes aéreos. La erupción también liberaría grandes cantidades de gases tóxicos, que podrían matar a personas y animales.
El hotspot de Yellowstone es uno de los peligros geológicos más peligrosos del mundo. Los científicos están monitoreando de cerca el punto crítico para tratar de predecir cuándo podría volver a entrar en erupción, de modo que se puedan hacer preparativos para minimizar el daño.