El mapa, creado por la Universidad de Cambridge, utiliza una variedad de datos para calificar a las ciudades según su resiliencia climática, incluida su exposición a los peligros climáticos, su capacidad de adaptación y sus marcos de gobernanza y planificación.
El mapa muestra que algunas ciudades están mucho mejor preparadas para el cambio climático que otras. Por ejemplo, Copenhague está clasificada como la ciudad más resiliente del mundo, gracias a sus fuertes defensas contra inundaciones, su infraestructura verde y su compromiso con el desarrollo sostenible.
Por el contrario, algunas ciudades son particularmente vulnerables al cambio climático. Entre ellas se incluyen ciudades en zonas costeras bajas, como Miami y Yakarta, que corren el riesgo de sufrir inundaciones y aumento del nivel del mar. Otras ciudades vulnerables incluyen aquellas en regiones áridas, como Phoenix y Riad, que corren el riesgo de sufrir sequías y olas de calor.
El mapa es una herramienta valiosa para que las ciudades la utilicen en la planificación del cambio climático. Puede ayudarles a identificar sus fortalezas y debilidades y a priorizar áreas de mejora.
Por ejemplo, una ciudad que corre riesgo de inundaciones podría utilizar el mapa para identificar las áreas más vulnerables y desarrollar planes para protegerlas. Una ciudad que esté en riesgo de sequía podría utilizar el mapa para identificar estrategias de ahorro de agua y desarrollar planes para asegurar suministros de agua alternativos.
El mapa también es un recordatorio de que el cambio climático es un problema global que requiere cooperación global. Las ciudades no pueden abordar el cambio climático por sí solas. Necesitan trabajar juntos para compartir conocimientos y recursos, y desarrollar estrategias conjuntas de adaptación y mitigación.
El mapa es una herramienta valiosa que puede ayudar a las ciudades a planificar el cambio climático y construir un futuro más resiliente.