Vientos predominantes:
Los vientos predominantes, en gran medida influidos por el efecto Coriolis, tienden a mover el aire de este a oeste tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. Sin embargo, el hemisferio norte tiene masas de tierra más extensas en sus latitudes medias en comparación con el hemisferio sur. Estas masas de tierra perturban los vientos predominantes del oeste, lo que resulta en tormentas ciclónicas o frentes climáticos más frecuentes que traen precipitaciones.
Corrientes oceánicas cálidas:
El hemisferio norte tiene varias corrientes oceánicas cálidas, como la Corriente del Golfo en el Atlántico y la Corriente de Kuroshio en el Pacífico. Estas corrientes cálidas transportan agua tropical cálida a latitudes más altas, influyendo en la circulación atmosférica y aumentando la probabilidad de formación de nubes y lluvias. Las corrientes cálidas también contribuyen a una mayor evaporación, lo que añade humedad a la atmósfera y aumenta las precipitaciones.
Evaporación oceánica:
La vasta extensión del océano en el hemisferio norte, particularmente el Océano Atlántico Norte, contribuye a tasas de evaporación más altas en comparación con el hemisferio sur, que tiene una masa terrestre más significativa. La evaporación sobre masas de agua cálidas libera vapor de agua a la atmósfera, lo que provoca la formación de nubes y la posterior precipitación.
Ciclo Hidrológico:
La distribución tierra-mar del hemisferio norte facilita un ciclo hidrológico más extenso, que involucra el proceso de evaporación, transporte atmosférico de humedad y precipitación sobre masas terrestres. La presencia de océanos, ríos y lagos interconectados en el hemisferio norte permite un reciclaje eficiente de la humedad, lo que mejora aún más las precipitaciones.
Casquetes polares:
El hemisferio sur tiene una clara ventaja con la presencia del continente Antártico, que contiene la mayoría de los casquetes polares del mundo. El efecto de enfriamiento de las capas de hielo sobre el Océano Austral inhibe una evaporación oceánica significativa, lo que resulta en una reducción de la humedad atmosférica y, en consecuencia, menos precipitaciones en la región.
Cuencas Oceánicas:
El hemisferio norte tiene varias cuencas oceánicas cerradas o parcialmente cerradas, como el mar Mediterráneo, el Atlántico norte y el Pacífico norte. Estas cuencas semicerradas experimentan tasas más altas de evaporación y precipitación, lo que genera un aumento de la humedad y las precipitaciones.
El Niño Oscilación del Sur (ENSO):
El fenómeno ENSO implica la variación interanual de las temperaturas de la superficie del mar del Océano Pacífico y los cambios asociados en la circulación atmosférica. ENSO influye en los patrones de precipitación global y sus efectos son más pronunciados en los países del hemisferio norte, particularmente en las regiones tropicales y subtropicales.
En resumen, la combinación de vientos predominantes, corrientes oceánicas cálidas, mayores tasas de evaporación, extensas masas de tierra, ciclos hidrológicos favorables y la influencia de los casquetes polares y ENSO contribuyen a que el hemisferio norte sea más húmedo en comparación con el hemisferio sur.