La última erupción del Monte Fuji ocurrió en 1707, conocida como erupción Hoei. Fue una erupción violenta que duró varios días y produjo una gran cantidad de cenizas y lava. La erupción causó importantes daños en la zona circundante, incluida la destrucción de varias aldeas y la muerte de más de 10.000 personas.
Desde la erupción de Hoei, el Monte Fuji ha estado relativamente tranquilo. Sin embargo, los científicos creen que el volcán todavía es capaz de volver a entrar en erupción. El magma todavía está presente debajo del volcán y en los últimos años se han producido varios pequeños terremotos en la zona.
Si el Monte Fuji volviera a entrar en erupción, podría tener un impacto devastador en el área circundante. La erupción podría producir cenizas y lava, que podrían dañar edificios, infraestructuras y cultivos. También podría desencadenar lahares, que son flujos de lodo de rápido movimiento que pueden destruir todo a su paso.
La erupción del Monte Fuji también tendría un impacto significativo en la economía de Japón. El volcán es un importante destino turístico y una erupción probablemente provocaría una disminución del turismo. La erupción también podría alterar el transporte y las cadenas de suministro, provocando pérdidas económicas.
Para mitigar el riesgo de una futura erupción, los científicos están vigilando de cerca el Monte Fuji. Están utilizando una variedad de instrumentos para rastrear la actividad del volcán, incluidos sismómetros, GPS e inclinómetros. También están estudiando las erupciones pasadas del volcán para aprender más sobre su comportamiento.
El gobierno japonés también está tomando medidas para prepararse para una posible erupción. Están desarrollando planes de evacuación y almacenando suministros de emergencia. También están trabajando para educar al público sobre los riesgos de las erupciones volcánicas.
Si bien la erupción del Monte Fuji es una posibilidad, es importante recordar que no es una certeza. Los científicos están trabajando arduamente para monitorear el volcán y mitigar el riesgo de una futura erupción.