1. La Niña:El Mar del Este está ubicado en el Océano Pacífico Norte, que experimentó un evento prolongado de La Niña durante 2020 y 2021. La Niña se caracteriza por temperaturas de la superficie del mar más frías que el promedio en el Océano Pacífico ecuatorial central y oriental. Esto puede provocar cambios en los patrones de circulación atmosférica, incluidos vientos alisios más fuertes, que pueden empujar agua cálida hacia el Pacífico occidental, incluido el Mar del Este.
2. Cambio climático:El cambio climático a largo plazo ha provocado un aumento gradual de la temperatura global de los océanos. Esta tendencia al calentamiento ha sido particularmente pronunciada en el Mar del Este, donde las temperaturas de la superficie del mar han aumentado aproximadamente 1 grado Celsius (1,8 grados Fahrenheit) desde finales del siglo XIX.
3. Condiciones oceanográficas locales:El Mar del Este tiene características oceanográficas únicas que pueden amplificar los efectos de La Niña y el cambio climático. Por ejemplo, las aguas poco profundas y la larga costa del Mar del Este lo hacen más susceptible al calentamiento durante los eventos de La Niña. Además, la presencia de la corriente de Kuroshio, una fuerte corriente oceánica que fluye a lo largo de la costa japonesa, puede transportar agua cálida al Mar del Este.
4. Bucles de retroalimentación negativa:A medida que el Mar del Este se calienta, puede desencadenar bucles de retroalimentación negativa que amplifican aún más la ola de calor marina. Por ejemplo, el agua más cálida contiene menos oxígeno, lo que puede estresar a los organismos marinos y hacerlos más susceptibles a las enfermedades. Además, los arrecifes de coral, que proporcionan hábitat y alimento para una diversa gama de vida marina, son muy sensibles a los cambios de temperatura y pueden blanquearse y morir cuando se exponen a un estrés térmico prolongado.
La combinación de estos factores creó las condiciones ideales para una grave ola de calor marino en el Mar del Este en 2021. Las consecuencias de este evento fueron de gran alcance, causaron grandes daños a los ecosistemas marinos y la pesca y alteraron los medios de vida de las comunidades costeras. A medida que el cambio climático continúa avanzando, se espera que aumenten la frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas, lo que plantea amenazas importantes para la biodiversidad marina y las sociedades humanas.