1. Inclinación y estabilidad de las pendientes:Las áreas con pendientes más pronunciadas son más susceptibles a deslizamientos de tierra durante lluvias intensas. Estas áreas son menos estables y pueden fallar fácilmente cuando el suelo se satura de agua.
2. Tipo de suelo:La composición del suelo juega un papel importante en la ocurrencia de deslizamientos de tierra. Ciertos tipos de suelo, como el suelo suelto, el suelo arenoso y el suelo rico en arcilla con baja permeabilidad, tienen más probabilidades de sufrir deslizamientos de tierra cuando se someten a fuertes lluvias.
3. Drenaje y acumulación de agua:Los sistemas de drenaje inadecuados pueden provocar acumulación de agua y un aumento de la presión del agua de los poros en el suelo, lo que reduce la resistencia del suelo y lo hace propenso a fallas y deslizamientos de tierra. Las áreas con drenaje deficiente y falta de canales adecuados de desviación de agua son más vulnerables durante las fuertes tormentas.
4. Vegetación:La vegetación densa puede ayudar a estabilizar las pendientes manteniendo unido el suelo y reduciendo la erosión. Las áreas que han sido limpiadas de vegetación, como para el desarrollo o la agricultura, son más susceptibles a deslizamientos de tierra.
5. Condiciones geológicas:La geología subyacente de un área puede influir en la ocurrencia de deslizamientos de tierra. Factores como la presencia de formaciones rocosas débiles, fallas y fracturas naturales pueden contribuir a la inestabilidad de las laderas, particularmente durante lluvias intensas.
6. Condiciones preexistentes:Las áreas que han experimentado deslizamientos de tierra previos o que se sabe que se encuentran en zonas propensas a deslizamientos de tierra tienen más probabilidades de experimentar más deslizamientos de tierra, incluso durante eventos de lluvias moderadas.
7. Actividades humanas:Las actividades humanas, como el uso inadecuado de la tierra, la deforestación y la construcción sin medidas adecuadas de ingeniería y control de la erosión, pueden alterar los patrones de drenaje natural y la estabilidad de las pendientes, haciendo que las áreas sean más susceptibles a deslizamientos de tierra durante las fuertes lluvias.