En el escarpado interior de Australia se ha encontrado una antigua cueva llena de cadáveres de marsupiales increíblemente conservados y fragmentos de huesos de al menos 37 especies diferentes, lo que arroja luz sobre cómo proliferaron estas enigmáticas criaturas hace unos 25 millones de años.
El notable depósito de fósiles, descubierto en la llanura de Nullarbor, en el sur de Australia, contiene una diversidad de restos de marsupiales sin paralelo en el registro fósil, incluidos huesos de koalas, canguros, wombats y numerosos carnívoros. Los huesos están tan bien conservados que los científicos pueden decir qué edad tenían los animales y cómo murieron, proporcionando una visión única de la vida y la evolución de estas antiguas criaturas.
La cueva es una prueba de que la fauna marsupial de Australia era mucho más diversa en el pasado que en la actualidad. Muchas de las especies encontradas en la cueva ahora están extintas, lo que sugiere que los marsupiales finalmente fueron aniquilados por los cambios en el clima y la competencia de los recién llegados, como los mamíferos placentarios.
Uno de los descubrimientos más emocionantes en la cueva fue una nueva especie de canguro que era mucho más pequeña y ágil que los canguros modernos. Los científicos creen que esta especie pudo haber sido el antepasado de todos los canguros y canguros vivos.
Otro hallazgo fue un pequeño marsupial que tenía una cola larga y dígitos prensiles, lo que sugiere que pasó la mayor parte de su vida en los árboles. Esta especie puede estar relacionada con el petauro del azúcar actual.
Los fósiles también muestran que los marsupiales ya se estaban diversificando en muchas formas diferentes hace 25 millones de años. Esta diversidad es aún más notable dado que el continente australiano era mucho más pequeño y más aislado en ese momento, y que el clima era mucho más duro que el actual.
La cueva fosilizada es un recurso invaluable que probablemente proporcionará información sobre la evolución de los marsupiales durante muchos años.