TRMM es una misión conjunta entre la NASA y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). El satélite lleva dos instrumentos especialmente adecuados para medir las precipitaciones:el TRMM Microwave Imager (TMI) y el Precipitation Radar (PR). El TMI utiliza tecnología pasiva de microondas para observar las precipitaciones en grandes regiones, mientras que el PR utiliza tecnología de radar activo para estudiar las precipitaciones en franjas estrechas. La combinación de estos dos instrumentos permite al TRMM proporcionar datos de lluvia con amplia cobertura y alta resolución.
El satélite TRMM observó precipitaciones excepcionalmente intensas en varias zonas afectadas por la tormenta de El Niño. Las lluvias más intensas cayeron en el área de la Bahía de San Francisco y en las montañas de Sierra Nevada. El Aeropuerto Internacional de San Francisco recibió 15 centímetros (6 pulgadas) de lluvia el 7 de enero, lo que lo convirtió en el día más lluvioso de enero en la historia de la ciudad. La ciudad de Santa Cruz recibió 27 centímetros (10,5 pulgadas) de lluvia en el mismo período de 24 horas, rompiendo el récord de lluvia diaria de enero.
El satélite TRMM también observó precipitaciones en otras partes de Estados Unidos, incluido el noroeste del Pacífico, las Montañas Rocosas y las Grandes Llanuras. Las lluvias fueron menos intensas en estas zonas, pero aun así provocaron importantes inundaciones y deslizamientos de tierra.
La tormenta de El Niño que provocó las fuertes lluvias es un patrón climático natural que ocurre cada pocos años. El Niño se caracteriza por temperaturas superficiales del mar más cálidas que el promedio en el Océano Pacífico, lo que puede provocar cambios en los patrones climáticos en todo el mundo. El Niño actual es uno de los más fuertes jamás registrados y se espera que dure hasta la primavera de 2017.
Las fuertes lluvias que han caído en California y otras partes de Estados Unidos son un recordatorio de la vulnerabilidad de estas regiones al cambio climático. Se espera que el cambio climático provoque tormentas de El Niño más frecuentes y severas, que podrían tener consecuencias devastadoras.