Los huesos de un joven Homo naledi de 2 o 3 años fueron encontrados en la cueva Rising Star en Sudáfrica, cerca de donde se encontraron por primera vez los restos adultos de la especie en 2015. Según un nuevo análisis publicado en la revista Plos Uno, el esqueleto de este joven ofrece pistas importantes sobre cómo se desarrollaron y recibieron tratamiento nuestros antepasados.
Según los investigadores, los huesos del niño revelan indicios de desarrollo físico y cuidado que son comparables a los observados en los niños humanos contemporáneos. Es posible que el niño haya recibido cuidados y atención adicionales para llegar a la edad adulta, lo que implicaría que Homo naledi tenía comportamientos sociales complejos.
El hallazgo se suma al creciente conjunto de evidencia de que redes sociales complejas y solidarias coexistían con rasgos como cerebros diminutos y la falta de uso de herramientas de piedra en especies humanas primitivas como Homo naledi.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Witwatersrand, la Universidad de Pretoria y otras organizaciones trabajaron juntos para analizar el esqueleto juvenil de Homo naledi. El joven recibió el apodo de "Neo" por la palabra sesotho que significa "regalo".
Los investigadores crearon una reconstrucción del probable aspecto físico y desarrollo del niño analizando los huesos de Neo. Al igual que los niños humanos contemporáneos, los huesos apuntan a un juvenil con un cuerpo corto y extremidades largas. Los dientes permanentes del niño apenas empezaban a aparecer cuando murió, aunque los investigadores también vieron restos de algunos dientes de leche.
Los investigadores también realizaron una comparación estadística de las proporciones óseas del juvenil con las de otros homínidos fósiles y con los humanos contemporáneos. Descubrieron que el joven compartía varias similitudes con los humanos, como una estructura de cadera comparable que sugiere movilidad vertical. A pesar de tener una proporción de brazo a pierna similar a la de un simio, todavía tuvo una adolescencia prolongada.
El equipo utilizó un escáner CT para inspeccionar el oído interno del juvenil y aprender más sobre su crecimiento. Descubrieron que Neo había terminado aproximadamente la mitad del crecimiento de su canal auditivo en el momento de su muerte. Como resultado, su tasa de crecimiento probablemente era más o menos comparable a la de los niños humanos contemporáneos.
Los investigadores afirman que el estudio de los huesos juveniles de Homo naledi ofrece información crítica sobre la historia de vida de esta especie de homínido primitivo. Los datos sugieren que Homo naledi tenía hábitos sociales avanzados y cuidaba bien de su descendencia.