La temperatura de congelación de un gas depende del gas específico y de la presión a la que se mantiene. Por ejemplo, a presión atmosférica, la temperatura de congelación del dióxido de carbono es de -78,5 grados Celsius (-109,3 grados Fahrenheit), mientras que la temperatura de congelación del helio es de -268,9 grados Celsius (-452 grados Fahrenheit). La temperatura de congelación de un gas aumenta a medida que aumenta la presión y disminuye a medida que disminuye la presión.