No hay evidencia que sugiera que el agua de lluvia se esté volviendo menos ácida. De hecho, la mayoría de los estudios muestran que el agua de lluvia se está volviendo más ácida, debido al aumento de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono (CO2). El CO2 reacciona con el agua para formar ácido carbónico, que reduce el pH del agua de lluvia.