1. Detección de estímulos:
* Los órganos sensoriales están especializados para detectar tipos específicos de estímulos del medio ambiente. Por ejemplo, los ojos detectan la luz, las orejas detectan el sonido y la piel detecta el toque, la temperatura y el dolor.
2. Transducción:
* Los órganos sensoriales convierten los estímulos detectados en señales eléctricas, un proceso llamado transducción. Esto permite al cerebro interpretar y procesar información del medio ambiente.
3. Transmisión:
* Las señales eléctricas generadas durante la transducción se transmiten al cerebro a través de los nervios sensoriales.
4. Interpretación:
* El cerebro recibe e interpreta estas señales, lo que nos permite percibir nuestro entorno y estados internos. Aquí es donde experimentamos sensaciones como la vista, la audición, el olor, el sabor, el tacto e incluso las sensaciones internas como el hambre o el dolor.
5. Adaptación:
* Los órganos sensoriales pueden adaptarse a los estímulos en curso, volviéndose menos sensibles con el tiempo. Esto nos ayuda a centrarnos en información nueva o importante.
Ejemplos específicos:
* Ojos: Detectar luz, color y movimiento, habilitando la visión.
* Ears: Detectar ondas de sonido, habilitando la audiencia.
* nariz: Detecta moléculas de olor, habilitando el olor.
* lengua: Detecta compuestos químicos en los alimentos, lo que permite el sabor.
* Skin: Detecta el toque, la presión, la temperatura y el dolor, permitiendo sensaciones táctiles.
* Músculos y articulaciones: Proporcione información sobre la posición y el movimiento del cuerpo, permitiendo la propionización.
* órganos internos: Proporcione información sobre estados internos, como hambre, plenitud, dolor y temperatura.
En resumen, los órganos sensoriales actúan como nuestras "ventanas para el mundo", lo que nos permite interactuar y comprender nuestro entorno y nuestros propios cuerpos.