A temperaturas más bajas:
* Actividad reducida: A medida que cae la temperatura, las moléculas enzimáticas se mueven más lentamente y chocan con menos frecuencia con sus sustratos. Esto ralentiza la velocidad de reacción.
* Inactivación potencial: Si la temperatura se vuelve demasiado baja (debajo del punto de congelación del agua), la enzima puede volverse inactiva o incluso desnaturalizada. Sin embargo, muchas enzimas se pueden reactivar cuando se devuelven a su temperatura óptima.
A temperaturas más altas:
* Aumento de la actividad: Inicialmente, aumentar la temperatura aumentará la tasa de actividad enzimática, ya que las moléculas se mueven más rápido y chocan con mayor frecuencia con sus sustratos.
* desnaturalización: Si la temperatura es demasiado alta, la enzima perderá su estructura tridimensional (su forma activa del sitio) y se desnaturalizará. Este proceso suele ser irreversible, lo que significa que la enzima no puede funcionar correctamente nuevamente.
Piense en ello así:
* Temperatura óptima: La enzima es como un automóvil que funciona en su mejor momento.
* Temperaturas más bajas: El auto funciona más lento, pero aún puede funcionar.
* temperaturas más altas: El auto comienza a sobrecalentarse, lo que eventualmente provoca daños y descomposición.
Aquí hay un resumen:
| Cambio de temperatura | Efecto sobre la enzima |
| --- | --- |
| A continuación óptimo | Disminución de la actividad, inactivación potencial |
| arriba óptimo | Aumento de la actividad inicialmente, entonces desnaturalización |
Nota importante: Cada enzima tiene su propia temperatura óptima específica. Algunas enzimas prosperan en entornos extremadamente calientes (por ejemplo, en aguas termales), mientras que otras funcionan mejor a temperatura corporal.