La orina y las heces de los venados contienen altos niveles de nitrógeno, lo que puede ser beneficioso para las plantas. Cuando estos productos de desecho se depositan en el suelo, las bacterias y otros organismos los descomponen. Este proceso libera nitrógeno en el suelo, donde las plantas pueden utilizarlo para crecer.
El ciclo del nitrógeno es esencial para el crecimiento de las plantas y la supervivencia de los animales. Sin animales como los ciervos, el ciclo del nitrógeno se alteraría y el crecimiento de las plantas quedaría gravemente limitado.
Además de contribuir al ciclo del nitrógeno, los ciervos también desempeñan un papel en el ciclo del carbono. Cuando comen plantas, liberan dióxido de carbono a la atmósfera. Las plantas utilizan este dióxido de carbono para la fotosíntesis, que lo elimina de la atmósfera. Los ciervos también ayudan a secuestrar carbono en sus cuerpos y en sus astas.
Los ciervos desempeñan un papel importante en el ciclo de los nutrientes y en el mantenimiento de ecosistemas saludables. Son esenciales para el crecimiento de las plantas y ayudan a regular los niveles de carbono y nitrógeno en la atmósfera.