Si se cambia la secuencia de bases en la molécula de ADN, puede resultar en una secuencia diferente de aminoácidos en la proteína. Esto puede tener un impacto drástico en la función de la proteína, o incluso puede impedir que se produzca la proteína. Por ejemplo, si el codón AUG se muta a UUG, la proteína resultante tendrá fenilalanina en lugar de metionina en la posición inicial. Esto podría alterar la estructura y función de la proteína.
La importancia de la secuencia correcta de las bases del ADN en la producción de proteínas se puede observar en varias enfermedades genéticas. Por ejemplo, la enfermedad genética, la anemia de células falciformes, es causada por una mutación de una sola base en el ADN que codifica la proteína beta-globina. Esta mutación da como resultado la producción de una proteína beta-globina defectuosa que hace que los glóbulos rojos adquieran forma de hoz.
La importancia de la secuencia correcta de las bases del ADN no se limita a la producción de proteínas. También es fundamental para otros procesos celulares, como la replicación y transcripción del ADN.