1. Absorción de ADN: La transformación comienza con la absorción de ADN del entorno circundante. En las bacterias competentes, que se encuentran en un estado capaz de captar ADN, se producen proteínas especiales llamadas factores de competencia. Estas proteínas crean poros o canales en la pared y membrana celular bacteriana, lo que permite que las moléculas de ADN ingresen a la célula.
2. Encuadernación e inscripción: Una vez que el ADN está fuera de la célula, se une a receptores específicos en la superficie bacteriana. Estos receptores ayudan a transportar el ADN al citoplasma de la bacteria.
3. Integración en el Genoma: El siguiente paso implica la integración del ADN extraño en el genoma bacteriano. Este proceso es facilitado por enzimas de recombinación. Estas enzimas cortan y pegan el ADN entrante en la ubicación apropiada del cromosoma bacteriano mediante un proceso llamado recombinación homóloga.
4. Expresión genética: Una vez que el ADN extraño se integra en el genoma bacteriano, pasa a formar parte del material genético de la bacteria. Los genes presentes en el ADN integrado se pueden transcribir y traducir, lo que lleva a la producción de nuevas proteínas que confieren rasgos o características novedosos a la bacteria.
La transformación es un mecanismo importante para la transferencia horizontal de genes en bacterias, lo que les permite adquirir nuevos genes del medio ambiente y potencialmente adaptarse a nuevas condiciones o adquirir rasgos ventajosos. Desempeña un papel crucial en la evolución bacteriana y la diversidad genética, ayudando a las bacterias a responder a entornos y nichos ecológicos cambiantes.