El principal producto de desecho que la sangre recoge de las células es el dióxido de carbono (CO₂). Las células producen CO₂ como subproducto de la respiración celular, que es el proceso mediante el cual las células convierten el oxígeno y la glucosa en energía (ATP). El CO₂ sale de las células a través del torrente sanguíneo y se transporta a los pulmones, donde se exhala durante la respiración.