Sí, todo tipo de seres vivos, desde los virus más pequeños hasta las ballenas más grandes, ha experimentado y continúa evolucionando. La evolución es el cambio gradual en las características heredadas de una población de organismos a lo largo de varias generaciones. A través del proceso de selección natural, la evolución ocurre cuando algunos individuos dentro de una población se adaptan mejor a su entorno debido a ciertos rasgos heredados. Estos individuos tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo esos rasgos beneficiosos a su descendencia. Con el tiempo, la población comienza a tener más de estos rasgos ventajosos y se adapta mejor a su entorno. A medida que este proceso se repite a lo largo de muchas generaciones, se pueden acumular cambios significativos que potencialmente conduzcan al surgimiento de nuevas especies y a la diversificación de formas de vida. Por lo tanto, si bien la evolución puede ocurrir a diferentes ritmos, afecta a todos los seres vivos, ayudando a dar forma a la inmensa diversidad de vida en la Tierra.