Los plásticos suelen derivarse de combustibles fósiles, como el petróleo y el gas natural. Se trata de recursos finitos y su extracción y procesamiento pueden tener impactos ambientales negativos. Además, la producción de plásticos suele implicar el uso de productos químicos peligrosos, y la eliminación de residuos plásticos también puede plantear desafíos medioambientales.