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    Cómo las células no musculares encuentran la fuerza para moverse
    Las células no musculares, también conocidas como células somáticas o células epiteliales, generalmente no poseen el mismo nivel de capacidad contráctil que las células musculares. Si bien pueden exhibir ciertas formas de movimiento, como el rastreo celular, la fagocitosis o la citocinesis, estos procesos implican mecanismos diferentes en comparación con la contracción muscular. A continuación se muestran algunas formas en que las células no musculares pueden generar fuerza y ​​moverse:

    Interacciones actina-miosina:las células no musculares contienen filamentos de actina y miosina, similares a las células musculares, pero no están organizadas en sarcómeros. En cambio, forman redes dinámicas que pueden generar contracciones localizadas y movimientos celulares. Los motores de miosina se mueven a lo largo de los filamentos de actina, utilizando energía de la hidrólisis del ATP, para producir fuerza e impulsar procesos celulares como la división celular, la migración celular y la fagocitosis.

    Dinámica de la membrana:la membrana plasmática de las células no musculares juega un papel crucial en el movimiento celular. La formación de protuberancias de membrana, como pseudópodos y lamelipodios, impulsada por la polimerización de actina, permite que las células se extiendan y se arrastren sobre las superficies. La dinámica de la membrana y la adhesión a la matriz extracelular son esenciales para la migración celular durante procesos como la cicatrización de heridas y las respuestas inmunitarias.

    Reordenamientos citoesqueléticos:las células no musculares utilizan reordenamientos citoesqueléticos para cambiar su forma y moverse. Los microtúbulos, compuestos de tubulina, proporcionan soporte estructural y participan en el transporte intracelular. Se someten a polimerización y despolimerización dinámica, lo que permite a las células extender o retraer regiones específicas y facilitar procesos como la división celular y el posicionamiento de orgánulos.

    Presión intracelular:los cambios en la presión intracelular pueden generar fuerzas dentro de las células no musculares. Esto puede ocurrir a través de mecanismos como la inflamación osmótica o la acumulación de moléculas o iones específicos dentro de la célula. El aumento de la presión intracelular puede provocar expansión celular, formación de ampollas en las membranas o incluso rotura celular.

    Interacciones célula-célula:las células no musculares también pueden ejercer fuerza y ​​moverse como colectivo a través de interacciones célula-célula. Por ejemplo, durante la morfogénesis de los tejidos o la cicatrización de heridas, grupos de células pueden coordinar sus movimientos y formar estructuras cohesivas al adherirse entre sí y a la matriz extracelular.

    Es importante señalar que los mecanismos específicos y los tipos de movimiento exhibidos por las células no musculares pueden variar según el tipo de célula y el contexto celular. Si bien es posible que no tengan la maquinaria contráctil especializada de las células musculares, las células no musculares emplean diversos mecanismos que involucran la dinámica del citoesqueleto, la remodelación de la membrana y la adhesión celular para lograr diferentes tipos de movimiento esenciales para sus funciones y procesos fisiológicos.

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