- Sesgo inconsciente: Es menos probable que los hombres noten o reconozcan los prejuicios de género en los campos STEM, ya que a menudo se les socializa para pensar que estos campos son neutrales en cuanto al género.
- Comportamiento defensivo: Los hombres pueden ponerse a la defensiva o desdeñar cuando se enfrentan a pruebas de prejuicios de género en los campos STEM, sintiendo que sus propios logros o los de otros hombres están siendo socavados.
- Sesgo de atribución: Los hombres pueden atribuir la falta de mujeres en los campos STEM a diferencias naturales en capacidad o interés, más que a prejuicios o discriminación sistémicos.
- Resistencia al cambio: Los hombres pueden resistirse a los esfuerzos para hacer que los campos STEM sean más inclusivos o acogedores para las mujeres, sintiendo que estos esfuerzos son de alguna manera injustos o amenazantes para su propio estatus.
- Aliada: Algunos hombres pueden trabajar activamente para promover la equidad de género en los campos STEM, reconociendo la importancia de la diversidad y la inclusión para el éxito individual y social.
Mujeres:
- Sesgo internalizado: Las mujeres pueden internalizar estereotipos de género sobre sus propias habilidades en los campos STEM, lo que genera dudas y autocensura.
- Síndrome del impostor: Las mujeres pueden experimentar el síndrome del impostor, sintiendo que no pertenecen a los campos STEM o que no son tan competentes como sus pares masculinos.
- Aislamiento y falta de modelos a seguir: Las mujeres en los campos STEM pueden sentirse aisladas y carecer de modelos a seguir o mentores que puedan brindarles apoyo y orientación.
- Sesgos y discriminación: Las mujeres en los campos STEM pueden enfrentar prejuicios y discriminación explícitos, como ser ignoradas para ascensos o recibir un salario menor que sus pares masculinos.
- Resiliencia y persistencia: Muchas mujeres en los campos STEM son resilientes y persistentes, y superan estos desafíos para lograr el éxito en las carreras que eligen.