Cuando un oso consume alimento, los isótopos presentes en ese alimento se incorporan a sus tejidos, como el pelo. Las diferentes fuentes de alimento tienen distintas composiciones isotópicas, por lo que al analizar los isótopos estables en el pelo de un oso, los investigadores pueden determinar qué ha estado comiendo.
Por ejemplo, las plantas que crecen en diferentes ambientes o a diferentes altitudes pueden tener diferentes firmas isotópicas. Los osos que consumen principalmente vegetación de un área o altitud específica tendrán pelo con composiciones isotópicas que reflejan esto. De manera similar, los osos que comen pescado de una masa de agua en particular tendrán pelo con composiciones isotópicas que reflejan la firma isotópica de esa fuente de agua.
Al comparar la composición isotópica del pelo de un oso con la composición isotópica de posibles fuentes de alimento, los investigadores pueden determinar la contribución relativa de diferentes alimentos a la dieta del oso. Esta técnica permite una comprensión detallada de los hábitos alimentarios de un oso y puede proporcionar información sobre el uso de su hábitat, la ecología nutricional y las posibles interacciones con otras especies.
Además, el análisis de isótopos estables puede ayudar a los investigadores a rastrear los cambios en la dieta de un oso a lo largo del tiempo, monitorear los cambios en los recursos alimentarios a nivel de población y estudiar el impacto de las actividades humanas, como la modificación del hábitat o la introducción de nuevas fuentes de alimentos, en las poblaciones de osos.
Al analizar un solo cabello, los investigadores pueden desbloquear una gran cantidad de información sobre la dieta de un oso y obtener información valiosa sobre la ecología y la conservación de estos fascinantes animales.