Influencia de los pares: Es posible que las personas tengan más probabilidades de adoptar comportamientos riesgosos que sus pares. Esto puede deberse al deseo de ajustarse a las normas sociales o de obtener la aceptación y aprobación de sus compañeros.
Modelado social: Observar a otros involucrarse en comportamientos riesgosos puede normalizarlos y hacerlos parecer menos riesgosos. Esto es especialmente cierto para los adolescentes y adultos jóvenes, que pueden ser más susceptibles a la influencia de sus pares.
Contagio social: Las conductas de riesgo pueden propagarse a través de interacciones y redes sociales como un contagio. Por ejemplo, si un individuo de un grupo adopta un comportamiento arriesgado, puede animar a otros miembros del grupo a hacer lo mismo.
Es importante señalar que los factores sociales son sólo un aspecto que puede influir en el comportamiento de riesgo. Los rasgos de personalidad individual, las experiencias de vida y las normas culturales también desempeñan un papel importante en la configuración de las tendencias de un individuo a asumir riesgos.