El ADN se extrajo de un hueso de un dedo que se encontró en la cueva Denisova, ubicada en las montañas de Altai en el sur de Siberia. Se estima que el hueso tiene alrededor de 40.000 años, lo que lo convierte en contemporáneo de los neandertales, otra especie humana extinta.
Cuando los investigadores analizaron el ADN, descubrieron que era distinto del ADN de los neandertales y del humano moderno. Esto sugiere que el hueso pertenecía a una especie de homínido previamente desconocida, una que se separó del linaje neandertal hace unos 640.000 años.
El descubrimiento de este nuevo ADN ha conmocionado a la comunidad científica, ya que desafía nuestra comprensión actual de la evolución humana. Plantea preguntas sobre la diversidad de especies humanas que alguna vez existieron y las relaciones entre diferentes grupos.
Los investigadores han denominado a esta nueva especie los "denisovanos", en honor a la cueva donde se encontró el hueso. Si bien los científicos sólo tienen una pequeña cantidad de ADN con la que trabajar, han podido obtener algunas ideas sobre la apariencia y los rasgos genéticos de los denisovanos.
Por ejemplo, el análisis genético sugiere que los denisovanos tenían piel oscura y ojos marrones. También poseían un gen que ayuda al cuerpo a adaptarse a las grandes altitudes, lo cual tiene sentido dado que la cueva Denisova está ubicada en una región montañosa.
Los denisovanos también parecen haber tenido algún mestizaje con los humanos modernos. Los investigadores han encontrado ADN denisovano en los genomas de las poblaciones actuales de Asia y Oceanía, lo que sugiere que algunos denisovanos pueden haber sobrevivido y haberse cruzado con humanos mientras migraban por todo el mundo.
El descubrimiento de los denisovanos ha añadido un nuevo capítulo a la historia de la evolución humana y continúa impulsando la exploración y la investigación científica. Los científicos ahora están ansiosos por aprender más sobre esta enigmática especie y su lugar en nuestra historia evolutiva.