Los microplásticos son pequeños trozos de plástico que miden menos de 5 milímetros de largo. Pueden provenir de diversas fuentes, incluidas bolsas de plástico, botellas y pajitas que se han descompuesto con el tiempo. Los microplásticos también pueden liberarse al medio ambiente a partir de procesos industriales y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Una vez en el medio ambiente, los microplásticos pueden ser ingeridos por los animales, incluidos los peces. Los peces pueden confundir los microplásticos con alimento o pueden ingerirlos accidentalmente mientras se alimentan por filtración. Los microplásticos pueden entonces acumularse en el cuerpo de los peces, lo que puede tener una serie de efectos negativos en su salud.
Por ejemplo, los microplásticos pueden bloquear el tracto digestivo de los peces, lo que puede provocar desnutrición e inanición. Los microplásticos también pueden absorber sustancias químicas tóxicas del medio ambiente, que luego pueden transmitirse a los peces. Estos químicos pueden dañar el hígado, los riñones y los órganos reproductivos del pez.
Además, los microplásticos también pueden alterar el comportamiento de los peces. Por ejemplo, se ha demostrado que los microplásticos hacen que los peces sean menos activos y menos receptivos a los estímulos. Esto puede hacerlos más vulnerables a los depredadores y menos capaces de competir por el alimento.
Los peces grandes comen más de lo esperado
Los peces más grandes tienden a comer más microplásticos que los peces más pequeños. Esto se debe a que los peces más grandes tienen mayor apetito y es más probable que se alimenten de organismos más pequeños que ya han ingerido microplásticos.
Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de California en Davis encontró que el marlín azul y el atún de aleta amarilla tenían niveles significativamente más altos de microplásticos en el estómago que los peces más pequeños, como las anchoas y las sardinas. El estudio también encontró que los peces más grandes tenían más microplásticos en el estómago que los peces más pequeños, incluso cuando fueron capturados en la misma zona.
Esto sugiere que los peces más grandes tienen más probabilidades de estar expuestos a los microplásticos y que pueden ser más vulnerables a los efectos negativos de los microplásticos.
Conclusión
Los microplásticos son una grave amenaza para la salud de los peces y otros organismos acuáticos. Los peces más grandes tienden a comer más microplásticos que los peces más pequeños, lo que sugiere que pueden ser más vulnerables a los efectos negativos de los microplásticos.