Diatomeas y cunetas de calles de París. Crédito:© Pascal Jean Lopez / BOREA Unidad de Investigación en Biología de Organismos y Ecosistemas Acuáticos (CNRS / MNHN / IRD / UPMC / Universidad de Caen / Université des Antilles).
Los científicos del CNRS y los colaboradores internacionales han demostrado que las cunetas de las calles parisinas son oasis de vida microscópica, hogar de microalgas, hongos esponjas y moluscos. Agrupados en comunidades, Estos microorganismos pueden ayudar a limpiar el agua de lluvia y los desechos urbanos al descomponer los desechos sólidos y contaminantes como los gases de escape y el aceite de motor. Una comprensión más profunda del papel y la composición de estas comunidades podría ayudar a dilucidar los servicios que prestan los ecosistemas de alcantarillas. Publicado en el Revista ISME el 13 de octubre 2017, Los hallazgos de los investigadores son los primeros en revelar la biodiversidad insospechada de la vida microscópica en las calles de la ciudad de París.
Los científicos de la unidad de investigación BOREA sospecharon por primera vez la presencia de microalgas en las calles de París después de notar el característico color verde o marrón del agua de las alcantarillas y observar la presencia de burbujas. que son el resultado de la actividad fotosintética. Los investigadores analizaron diferentes muestras de agua no potable del Sena, el canal Ourcq, salidas de agua en la acera (para limpieza de calles), y alcantarillas para identificar los microorganismos que albergaban.
El equipo identificó 6, 900 especies potenciales de eucariotas en el centenar de muestras de agua y biopelículas (formadas por comunidades de microorganismos) recogidas de todos los distritos de París. Las microalgas de diatomeas constituyen una gran parte de esta biodiversidad. También se identificaron otros eucariotas unicelulares (es decir, amebas, alveolados, y Rhizaria), hongos (incluidos algunos descomponedores conocidos), esponjas y moluscos. Aún más asombrosamente, Los análisis revelaron que casi el 70 por ciento de estas especies no se encontraron en las fuentes de agua no potable. Los perfiles de estas comunidades microbiológicas varían mucho entre los sitios de muestreo, sugiriendo que su origen puede estar asociado con actividades humanas o que los microorganismos se han adaptado a su entorno urbano específico.
Por eso, Las alcantarillas de las calles y la vida microscópica que albergan parecen constituir un ecosistema único con funciones ecológicas aún por descubrir. ¿Cuáles son estos microorganismos exactamente? ¿Qué hacen? ¿Ayudan a limpiar las aguas residuales? como pequeñas plantas de tratamiento al borde de la carretera? ¿Cómo se adaptaron a la vida de la ciudad? ¿Deberían ser monitoreados? Todas estas son preguntas que los investigadores esperan responder al estudiar otros tipos de vida, como los procariotas, organismos desprovistos de núcleos celulares, como las bacterias, durante períodos de tiempo más prolongados, e incluso en diferentes ciudades.