Las microperlas son pequeñas partículas de plástico que se agregan a muchos productos de cuidado personal, como exfoliantes faciales, jabones corporales y pastas de dientes. También se encuentran en algunos productos domésticos, como detergentes para ropa y productos de limpieza. Las microperlas suelen estar hechas de polietileno, un tipo de plástico que no es biodegradable. Esto significa que pueden tardar cientos de años en descomponerse en el medio ambiente.
Las microperlas son una amenaza para el medio ambiente porque pueden ingresar fácilmente a los cursos de agua y dañar la vida acuática. Los peces, pájaros y otros animales pueden confundir las microperlas con alimento e ingerirlas. Esto puede bloquear su sistema digestivo y provocar que mueran de hambre. Las microperlas también pueden absorber sustancias químicas tóxicas del agua, que luego pueden pasar a la cadena alimentaria.
Además de dañar la vida acuática, las microperlas también pueden contribuir a la contaminación del agua. Pueden obstruir los filtros de agua y las plantas de tratamiento, dificultando la limpieza del agua. Las microperlas también pueden acumularse en las playas y otras zonas costeras, donde pueden convertirse en una molestia y un peligro para la vida silvestre.
¿Por qué son tan difíciles de manipular las microperlas?
Las microperlas son un difícil problema de gestión de residuos porque son muy pequeñas y difíciles de eliminar del agua. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no están diseñadas para eliminar microperlas, por lo que a menudo pasan por el proceso de tratamiento y llegan a los cursos de agua. Las microperlas también pueden ser difíciles de reciclar, ya que pueden contaminar otros materiales reciclables.
Algunas comunidades han prohibido el uso de microperlas en productos de cuidado personal y este es un paso positivo para reducir el impacto ambiental de estas diminutas partículas de plástico. Sin embargo, es necesario hacer más para abordar el problema de las microperlas en el medio ambiente.