Las arañas, incluidos los machos, normalmente no muestran emociones o sensibilidad de la misma manera que los humanos. Si bien algunas especies de arañas muestran comportamientos de cortejo fascinantes para atraer parejas o evitar ser consumidas por sus parejas, estos comportamientos son predominantemente instintivos y están impulsados por propósitos reproductivos más que por emociones. La noción de "sensibilidad" comúnmente asociada con las experiencias emocionales humanas no se traduce directamente en los patrones de comportamiento de las arañas.