Las agricultoras tienden a ser más productivas que los hombres. Un estudio del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias encontró que las agricultoras de los países en desarrollo producen entre un 20% y un 30% más de alimentos que los agricultores. Esto se debe a una serie de factores, incluido el mayor acceso de las mujeres a los recursos, su uso más eficiente de los recursos y su mayor conocimiento de las prácticas agrícolas.
Mejor salud del suelo
Las agricultoras también tienen más probabilidades de adoptar prácticas agrícolas sostenibles que mejoren la salud del suelo. Un estudio del Banco Mundial encontró que las agricultoras en África tienen más probabilidades de utilizar fertilizantes orgánicos, rotación de cultivos y otras prácticas agrícolas sostenibles que los agricultores. Esto es importante para la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura, ya que los suelos sanos son esenciales para la producción de cultivos.
Mayor resiliencia al cambio climático
Las agricultoras son más resilientes al cambio climático que los agricultores. Esto se debe a que las mujeres tienen más probabilidades de tener acceso a información sobre el cambio climático y adoptar estrategias de adaptación. Por ejemplo, es más probable que las agricultoras de la India utilicen cultivos resistentes a la sequía y planten árboles para proteger sus cultivos de fenómenos climáticos extremos.
Mayor seguridad alimentaria
Las agricultoras desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar la seguridad alimentaria de sus familias y comunidades. En los países en desarrollo, las mujeres producen hasta el 80% de los alimentos que se consumen. Esto significa que las agricultoras tienen un impacto significativo en la seguridad alimentaria de sus comunidades.
Mejor empoderamiento económico
La agricultura puede brindar a las mujeres una oportunidad de empoderamiento económico. Al obtener ingresos de la agricultura, las mujeres pueden adquirir control sobre sus propias vidas y tomar decisiones sobre cómo gastar su dinero. Esto puede conducir a mejoras en la salud, la nutrición y la educación de las mujeres, y también puede ayudar a reducir la desigualdad de género.
Dados los numerosos beneficios que las agricultoras aportan a la agricultura, está claro que el futuro de la agricultura es femenino. Al apoyar a las agricultoras, podemos crear un futuro más sostenible y con seguridad alimentaria para todos.